Cualquier compañía podrá ser una Fintech, dicen los más optimistas. No están alejados: es una posibilidad cierta teniendo en cuenta cómo evoluciona el mercado, las capacidades técnicas y sobre todo la simpleza que significa la integración entre distintas compañías tecnológicas. Hay ejemplos mundiales que no requieren demasiado presentación: Apple lanzó su propia tarjeta de crédito, Uber otorga préstamos y financiamiento a sus conductores, Rappi sumó una billetera virtual a su plataforma de pedidos, o Mercado Pago ofrece inversiones a través del Banco Industrial. A este tipo de fenómeno se lo llama “finanzas embebidas” y no involucra solo a empresas de gran tamaño, sino todo lo contrario. Permite que cualquier compañía se convierta en una que pueda ofrecer servicios financieros a terceros. No solo las financieras. No solo las grandes.
En el último Fintech Forum que se realizó en la Argentina, varios especialistas hicieron eje en este fenómeno. José Marcos Gonzalez Pereira, de Poincenot Tech Studio explicó su experiencia: “Nos tocó trabajar varias veces con una compañía que administraba una comunidad que podía agregar valor con una nueva infraestructura de servicios financieros. Lo que hicimos fue desarrollar puentes de tecnología para embeber servicios financieros sin fricciones. El caso BIND y Mercado Pago para embeber un producto de inversión como Mercado Fondo es el mejor ejemplo donde todos los actores ganan”.
Natalia Salinas, de Pomelo, ejemplificó el alcance de las finanzas embebidas: “Hoy podemos ver por ejemplo que hoy Starbucks tienen más tarjetas emitidas que American Express”. O Fernando Andrés, Financial Consulting Director, de Microsoft Latin America lo destacó como una de las tres tendencias en las que impactan las fintech: “la gran competencia de las startup que están embebiendo y ofreciendo productos financieros y los desafíos que genera al modelo tradicional de la banca”. De fondo hay una tendencia: distintas compañías ofrecen plataformas tecnológicas de marca blanca de finanzas embebidas e integradas para que otros las ofrezcan adentro de sus apps.
Cualquier compañía que quiera lanzar una solución de cobro, lo puede hacer de manera simple. Es una especie de “Plug&Play” que permite que en un mes puedan incorporar préstamos, pagos, cuotas, inversiones, pagos de servicios o lo que fuera.
Una tendencia que llegó para quedarse
La Cámara Fintech estima que Finanzas Embebidas y Open Banking serán los responsables del 30% del crecimiento del negocio en los próximos 3 años, con mayores oportunidades en las verticales de Préstamos, Pagos e Inversiones. Un negocio prometedor. Esto se suma a un contexto global que señala el informe “Payments 2025 & Beyond” de la consultora PwC, que plantea una revolución en el futuro del sector financiero: la forma en la que circula el dinero en la sociedad va a experimentar la mayor transformación en décadas y estará acompañado por un nuevo ecosistema de los medios de pago.
Según las cifras arrojadas por el estudio de PwC: para 2025 las transacciones electrónicas crecerán un 82% y para 2030 los pagos electrónicos se triplicarán en todo mundo hasta superar las tres mil millones de operaciones. ¿En qué porcentaje de ellas contribuirán las empresas no financieras? Según las estimaciones de Oracle, se espera que el valor del mercado de las finanzas embebidas supere los 7 billones de dólares en los próximos 10 años a nivel mundial.
Para Facundo Vazquez, Director de BIND, “Hay una nueva frontera para las finanzas embebidas. Según datos de Google desde 2018 hasta acá la búsqueda del término creció en forma exponencial. Y los datos del mercado hablan de que en los próximos 10 años serán una industria de 7 trillones de dólares a nivel global”.
Así, algunas de las principales ventajas de las finanzas embebidas es que:
- Integran en el mismo lugar todas las necesidades del cliente. No solo la compra del producto o el envío, sino también opciones crediticias, cuotas, o de pago.
- Son muy simples de integrar para los clientes no financieros. En un mes ya podrían estar funcionando.
- Es un nuevo modelo de negocios para todos: tanto para el desarrollador como para el cliente.
El BIND fue pionero en lanzar “banking as a service”, ofreciéndole a las fintech y a otras empresas una autopista de servicios financieros, incluyendo gran cantidad de APIs.