El viento sopla, a veces de frente, a veces por detrás. Hay olas, lluvias, tormentas, fríos que congelan, calores que queman y no nos dejan respirar.
Por momentos se pone bravo, de verdad. Las velas se tensan, los mástiles parecen quebrarse, el timón se endurece. De repente se calma, y allá donde cae el sol están nuestros sueños.
Algunos querrán ir para el Norte, otros para el Sur, están los del Oeste, y nunca faltan los del Este.
El contexto, como el mar, es una de esas pocas cosas que no podemos elegir, ni cambiar.
Tenemos que adaptarnos con inteligencia para poder sobrellevarlo de la mejor manera junto con nuestros deseos e intenciones.
Se habla mucho de contexto. En el mundo, en la región, en nuestro país.
Nosotros somos optimistas. Siempre. Porque creemos que los contextos difíciles nos hacen más fuertes. Y la fuerza, junto con la persistencia, inteligencia y la pasión, han demostrado ser imbatibles ante cualquier tempestad.
En el barco estamos todos. Cada uno desde su lugar. Trabajando en equipo a pesar de las miradas o ideologías, que son tan subjetivas como el tamaño de una ola.
Navegando con fé, dejando estelas que perduren y llegando a dónde nos propongamos llegar.
Comments are closed.