Durante muchos años, stockearse fue la mejor manera de garantizar la continuidad de una pyme y la mejor inversión posible en un contexto inflacionario y de dólar quieto.
La última devaluación volvió a poner en debate la conveniencia o no de acumular materia prima, productos o insumos (o incluso adelantar pagos) para una pyme.
Aunque habría que evaluarlo caso por caso, en principio la respuesta a la pregunta que dispara esta nota es no.
¿Por qué no?
- A diferencia de lo que pasaba en otros momentos, hoy existen instrumentos financieros que garantizan una rentabilidad superior a la inflación prevista con bajo riesgo. En su versión más simple, son los Fondos Comunes de Inversión con rentabilidades similares a las de las famosas Lebacs.
- También existen Fondos de Inversión en dólares, cuya rentabilidad es menor pero en dólares.
- No existen, como en otros momentos, limitaciones a la adquisición de divisas.
- No existen mayores trabas a las importaciones, por lo que no es necesario apurarse con los insumos importados.
¿Entonces?
- Hoy el costo de financiamiento para una pyme es muy alto. En caso de tener problemas de liquidez (producto de haberse sobre stockeado) los costos del financiamiento llegan al 70% anual.
- Existe cierta incertidumbre sobre la evolución del mercado. El riesgo de tener exceso de stock y no poder colocarlo es alto.
- El costo logístico del mantenimiento de ese stock también debe ser tenido en cuenta. ¿Dónde se almacenará? ¿Con qué cuidados? ¿Cómo se trasladará en caso de ser necesario?
En estos momentos de incertidumbre, cualquier pyme que posea capital excedente debe tratar de mantenerlo líquido para poder tener la mayor autonomía financiera posible y evitar, en caso de imprevistos, tener que salir al mercado a financiarse.
La excepción podrían ser operaciones de cortísimo plazo o proyectos de construcción que necesiten garantizarse determinados materiales para poder concluir un proyecto ya comprometido.
Para proteger el capital, los Fondos Comunes de Inversión son una buena alternativa. En caso de que los costos de la empresa sean en pesos (insumos y servicios locales) convendrán fondos de inversión en pesos atados a la inflación esperada. Si los costos de la empresa son en dólares (insumos o servicios en el exterior) lo conveniente serán los fondos de inversión en dólares, garantizando así el capital pero con una rentabilidad mínima.