La hora del financiamiento de un proyecto siempre es una situación delicada. Las ideas muchas veces están pero sin capital para arrancar es difícil materializarlo.
Según un informe realizado por el Observatorio Pyme hacia mediados del año pasado, hacen falta 1.400 millones de dólares en financiamiento para poder satisfacer la demanda de todas las pymes industriales que quieren ampliar sus producciones.
¿Qué alternativas de financiamiento existen en la Argentina de hoy?
Fondos propios
Históricamente en la Argentina es el método más común a la hora de financiarse. Distintos estudios demuestran que el 63% de las empresas chicas o medianas usan sus propios excedentes o la plata de sus dueños a la hora de invertir.
Inversores externos
Existe la posibilidad de conseguir algún sponsor que se interese por el proyecto y se asocie con mayor o menor grado de participación en la empresa. Existen distintas herramientas jurídicas y de gestión para enmarcar este tipo de inversiones, como puede ser la venta de paquete accionario, los inversores ángeles, las desarrolladoras de negocios o las incubadoras. Cada mecanismo exige distintas contraprestaciones por parte del fundador de la compañía.
Financiamiento estatal
También hay distintas líneas de préstamos a tasa baja o subsidios que se ofrecen desde los distintos estamentos gubernamentales: nacional, provinciales o municipales. En general estas líneas de financiamiento son de bajo monto, suelen exigir que el empresario invierta una contraparte y son muy estrictos a la hora de otorgar el capital. Muchas veces hay controles posteriores respecto a cómo se gastó el dinero.
Más información sobre estos fondos:
Ministerio de Producción de la Nación
Subsecretaría PyME – Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
También los ministerios suelen tener fondos específicos para financiar proyectos que cumplan con los objetivos de esa cartera.
Préstamos bancarios
En promedio sólo el 30% de las Pymes se financia a través de este mecanismo. Las tasas de interés que se puedan pagar en un préstamo bancario pueden variar en función de la urgencia del capital, del monto, de los respaldos patrimoniales y de los plazos. Siempre la tasa se define de acuerdo con el perfil crediticio de la empresa.
Las entidades bancarias “califican” a la empresa para poder darles un préstamo. Esto significa conocer sus riesgos y las posibilidades que tendrá de hacer frente al pago de la cuota.
Para acceder a estos préstamos la empresa deberá presentar los últimos dos balances, ventas post balance, deudas bancarias actualizadas y no poseer deuda previsional en AFIP, entre otras condiciones y siempre dependiendo de la entidad.
Recientemente muchos bancos lanzaron una línea de créditos ajustables por UVA: se paga una tasa de interés promedio del 10% anual y además se indexa por inflación. Eso permitió que se extendieran las opciones crediticias para empresas que hasta ahora no tenían posibilidad de acceder.
Nuevos préstamos digitales
Se trata de nuevas formas de financiamiento, muchas veces motorizados por bancos como el BIND, que permiten acceder al crédito por medio de una página web o aplicación que permite agilizar los trámites. En algunos casos se logra disponer del dinero en menos de una semana y sin moverse de la empresa. En el caso del BIND esta nueva línea va a dar hasta 5 millones de pesos, con desembolso en un promedio de 9 días según los tiempos del cliente y una tasa promocional de lanzamiento.