Los tiempos digitales también aceleraron las estafas por ese medio. Según la UFECI, los delitos de accesos indebidos a cuentas bancarias crecieron un 3 mil por ciento durante la pandemia. Por lejos, una de las modalidades delictivas más fuertes y más preocupantes.
Desde las entidades, reguladores y demás organismos, se trabaja cada día para mitigar este tipo de acciones y reforzar sistemas y procesos para darle más seguridad a la operatoria de los usuarios.
¿Cómo son las posibles estafas? Te contamos algunas modalidades:
Ese banco no es tu banco:
Distintos usuarios acudieron ante una urgencia a las redes sociales o navegadores. Allí buscaron a su entidad financiera. Pero los delincuentes crearon distintas páginas falsas que simulaban ser de esas empresas. Al contactarlos, o interactuar con estos sitios, los clientes creyeron que hablaban con un una entidad oficial, que les pedía datos de ingreso o información sobre sus cuentas. Con ese dato, los estafadores ya poseían acceso para hacer operaciones fraudulentas.
El banco falso va hacia vos:
Las quejas en redes sociales también son un dato que obtienen los delincuentes para saber qué clientes tienen alguna necesidad. Así, con un comentario en redes sociales, proliferaron cuentas falsas que directamente enviaban mensaje de texto privado a los usuarios con el fin de “atenderlos”. Primero “corroboraban” datos para luego, o pedirles que fueran a un cajero para obtener el token o solicitarles que les enviaran un código que les llegaba por email o al celular. Al final era el mismo el mecanismo: acceder a las cuentas para hacer operaciones fraudulentas.
La transferencia de más valor “por error”:
La búsqueda de estafas también adquirió nuevas formas. En este caso, el anzuelo empezaba de una forma colateral a las instituciones financieras. Por ejemplo, quien vendía un televisor a 18.000 pesos por Marketplace, de Facebook. Así, un comprador le transfería (y así lo decía el falso comprobante) 180.000 pesos. La compradora le avisó al vendedor que lo iban a llamar del banco “por unas cuestiones de seguridad”. Efectivamente, lo llamaron, aunque no era de la entidad financiera. Ahí le explicaron que le iba a llegar un mensaje de texto con un código del banco y que necesitaban que se los leyera para poder terminar la acreditación. Con ese SMS, entraron en su cuenta. El fin es el mismo: hacer operaciones fraudulentas.
Ojo quién organiza el sorteo:
Para las marcas más importantes, la usurpación de identidad pasó a ser un dolor de cabeza. Utilizan su nombre para comunicarse con seguidores y anunciarles que fueron ganadores de un premio. La metodología es así: se comunican vía WhatsApp o llamada telefónica; les dicen que se ganaron un celular, una TV o dinero, y les piden que vayan al cajero a hacer un trámite “para obtener el código y extraerlo”. ¿El final? hacer operaciones fraudulentas.
La estafa del Debin, la última modalidad:
El DEBIN se utiliza para que los vendedores emitan órdenes que los compradores aceptan e inmediatamente se les debita de su cuenta. Así varios cayeron: creían que recibían una transferencia y en realidad recibían la orden de un débito. Los delincuentes aprovecharon para robarle a grandes concesionarios que creían que alguien les facilitaba un adelanto y en rigor era lo contrario.
¿Cómo operar de manera segura?
- No ingreses al homebanking desde búsquedas en Google o Redes Sociales, siempre recomendamos que escribas directamente en el navegador la web oficial de tu banco. En nuestro caso: www.bind.com.ar
- Si usás nuestro homebanking BIND24 desde tu celular, registrá tu celular como dispositivo seguro para operar. Podés hacerlo desde tu perfil en la app de BIND24.
- Asegurate que el sitio en el que estás navegando es un lugar seguro, ya que verás en un candadito en la barra del navegador.
- Te recomendamos, nunca usar para tu homebanking, claves iguales a las de tus emails o redes sociales. Ya que los estafadores pueden usar tus datos.
- Recordá que tu información es tuya; nunca nadie te pedirá por alguno de nuestros canales tus claves, token de seguridad o información confidencial.
- No comentes públicamente en Redes Sociales tus datos de cuenta, números de reclamo o información personal. Recordá que esto lo van a ver todos los usuarios.
- Como buena práctica, cambiá tus claves con frecuencia y creá contraseñas seguras. No uses combinaciones fáciles como fechas de nacimiento, número de documento, etc.
- Conocé más recomendaciones en esta nota.
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