Una vez, estaba en esos días donde la rutina te come, donde vos sentís que no das a basto con todas las tareas y que estás sobrepasado en todo tipo de ámbito. Yendo de reunión en reunión por los pasillos de las oficinas del BIND, cuando el gerente de Negocios Internacionales del banco (que nada tiene que ver con mi área), Gerardo Guastavino, me frenó exclusivamente para decirme que me felicitaba por mi trabajo, que se notaba que estaba generando un cambio y que se sentía cómodo cuando tenía que hacer alguna acción de comunicación conmigo.
Nunca sabés cuando algo que estás diciendo es solo un comentario más que uno recita en el día a día, y cuando ese comentario particular le está entrando de lleno a otra persona. En ese momento entendí, que eso era trabajar en BIND para mi: la cercanía para que referentes que uno estima, se tomen 30 segundos de su tiempo para darte una devolución positiva porque consideran que lo bueno “tiene que ser destacado”. Y con ese -seguramente para Gerardo- “mínimo” acto, uno puede ir aprendiendo desde la informalidad de los pasillos el tipo de liderazgo que quiere tener frente a la vida.
Estuve 3 años en BIND antes de poder decidir que quería tener una nueva experiencia en el exterior, y siento que no solo fue “un trabajo más”. Es el lugar que me dio la posibilidad de animarme a tomar esta decisión porque como dice nuestro CEO Andrés Meta: “Es mejor pedir perdón por haber hecho, que pedir permiso y no hacer nada”.
Si hay algo que aprendí, es que la esencia del Grupo BIND está en la acción, y en cómo uno se adapta para poder mirar siempre para adelante por más de que te cambie el contexto. Es un lugar donde no miran tu género o tu edad, sino qué valor agregado e ideas estás dispuesto a aportar para generar un cambio y seguir creciendo. Es la mejor institución para que las mujeres podamos ver a la Presidente del banco (Chippy), y entender con su ejemplo la importancia de devolverle a la comunidad.
Sentirte libre de brindar una sugerencia u opinión frente a personas que tienen mucha más experiencia que vos y percibir que hay una buena recepción, es algo que no se encuentra fácil, y sin embargo me consta que en BIND podés encontrar muchos líderes por los pasillos que tienen esta cualidad.
3 años pueden parecer muy poco, pero BIND es una escuela intensiva, donde cada minuto vale sobretodo por la calidad de gente que lo integra. ¡Gracias familia BIND!
Dafna Groisman
Marketing y Comunicaciones